El compromiso de Hermann Hesse

Yo creo que fue hace cinco o seis años ya. Encontré un ejemplar bastante deteriorado de un libro de Hermann Hesse (Calw, Imperio alemán, 1877 – Montagnola, Suiza, 1962) titulado Sobre la guerra y la paz (Bruguera, 1977) en una librería de viejo. Me interesó, sobre todo, porque nunca había leído de él algo que no fuese su literatura.

Foto: Google imágenes

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En este pequeño libro de 178 páginas se recogen distintos ensayos, o más bien meditaciones, en torno a asuntos de carácter bélico: abarcan desde septiembre de 1914 hasta finales de 1948, periodo que incluye la Gran Guerra y sus consecuencias así como la Segunda Guerra Mundial. Es decir, una linea temporal de especial tensión y desgracia para el mundo, pero extremadamente angustiosa para los espíritus sensibles y preocupados. Y leyendo estas consideraciones, aunque ya en sus narraciones se deja ver, Hesse era uno de estos espíritus.

»Indudablemente tienen razón los que llaman a la guerra el estado primitivo y natural. En la medida en que el hombre es un animal, vive gracias a la lucha, vive a costa de los demás, teme y odia a los demás. La vida es, por consiguiente, una guerra. Es mucho más difícil determinar lo que es la paz. La paz no es ni un estado paradisíaco ni una forma de convivencia regulada por un acuerdo. La paz es algo que no conocemos, que solamente buscamos y presentimos. La paz es un ideal. Es algo indescriptiblemente complicado, amenazado, frágil, un aliento basta para comprometerla. El solo hecho de que dos personas obligadas a vivir juntas disfruten de una paz verdadera es menos frecuente y más difícil que cualquier otro logro ético o intelectual.»

Estos textos están cargados de un profundo individualismo, de una manifiesta vocación pacifista, de la idea de hacer comunidad, derivados especialmente del sentido religioso que alberga Hesse. Están escritos desde su gran humanidad y persiste en la tarea de comprometerse con ideales elevados, abstractos pero valiosos, como el amor, la paz o la libertad. Un libro, en definitiva, que tiene ideas interesantes y poderosas, de especial atención para los buenos lectores del Nobel (1946), pero también un gran aporte para los interesados en la época y en las perspectivas y visión personal de esos asuntos desde la escritura atenta de Hesse.