Bioy Casares: Diario de la guerra del cerdo

La cuarta novela de Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, 1914 – 1999), publicada en 1969, ya la tenía yo pendiente en mi cabeza, como tantas otras, cuando leí por primera vez su título: Diario de la guerra del cerdo (Alianza Emecé, 1973). No sé por qué razón me imaginé que iría de algo así como las fiestas de un pueblo en el que sueltan a un porcino por sus calles y el pueblo, dividido en dos facciones antagónicas, se desviven por atrapar al rollizo animal. Pues vaya, para mi desconsuelo no era tal el argumento.

Imagen: Google

                           Foto: Google imágenes

Pero puedo decir que no estaba tan desencaminado, en realidad. La historia que nos propone Bioy Casares presenta un choque generacional, violento, entre dos estadios de la existencia en la ciudad de Buenos Aires: el de los jóvenes, (imprudentes, temerarios, impetuosos y displicentes) y el de los ancianos (reflexivos, en conflicto con sus años de vejez, observantes y maniáticos). La guerra del cerdo es una guerra compleja en todo caso. Se van sucediendo acontecimientos que echan a rodar los desencuentros y conflictos, poniendo sobre la mesa los miedos y ansias de cada grupo en confrontación; los jóvenes desencadenan los problemas y los viejos los arrostran.

»La gente afirma que muchas explicaciones convencen menos que una sola, pero la verdad es que para casi todo hay más de una razón. Diríase que siempre se encuentran ventajas para prescindir de la verdad.»

La lectura es entretenida y recomendable, sobre todo si te apetece pasar por el trance de entrar en las conciencias ancianas de los personajes (de Isidoro Vidal fundamentalmente, el protagonista) que se debaten entre la aceptación de su status en declive por los años y la pasión interna de sus espíritus joviales, estimulados siempre en presencia de los hombres y mujeres que aún están en la flor de la vida.